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lunes, 27 de julio de 2020

DIY abanico del paso del tiempo

Los niños pequeños suelen presentar dificultades para entender el paso del tiempo. Se pasan el día preguntando cuándo llega la noche, cuándo toca comer, ir al parque o al colegio. A Amélie le pasaba esto y me preguntaba varias veces a lo largo del día. En una noche de insomnio me vino a la cabeza una idea. Un abanico del paso del tiempo que cada uno pueda personalizar con las fases que quiera.

Yo lo he dividido en: mañana tarde y noche. En él he dibujado las cinco comidas del día y las actividades que realiza. Por la mañana he dibujado su tazón de cereales de Mickey con el sol que se levanta. A continuación un dibujo del colegio, la merienda del cole y lo que hacen después del patio (juegan en la casita de la clase). En el centro está la comida y el sol de mediodía. Después he puesto un dibujo referente a la siesta que es algo que en nuestra casa hay que recordar, porque el sueño es el gran ausente :). Tras el descanso viene la merienda y el parque. Por la noche viene la parte de la ducha, cena, cuento y dormir (con la compañía de la luna). Todo ello va con un fondo del color del cielo según va pasando el día.

Como el abanico lo hice en septiembre que no hay clase por la tarde, no caí en la cuenta, pero le voy a añadir unos niños jugando después de la siesta ahora en octubre y también quería dibujar los cepillos de dientes tras las comidas para que lo automatice. 

Lo bueno del abanico es que según va pasando el día se puede cerrar. Y se puede hacer un abanico por niño escribiendo su nombre en el lomo. Yo compré el abanico blanco y lo fui pintando con pintura de palo. Se puede hacer con pintura de tela también, pero es más caro porque hay que tener muchos colores. 

Espero que os guste la idea y os sea de utilidad.

martes, 27 de septiembre de 2016

DIY Calendario Waldorfssori

   
 


Amélie tiene tres años y hace tiempo que viene preguntándose acerca del tiempo. Del tiempo que queda hasta su cumple, hasta Navidad, hasta las fiestas del cole, hasta que empiece el cole, hasta las vacaciones... Y nos empezaba a resultar complicado explicárselo sin algo manipulativo. Así que busqué. Y encontré, pero caro. Como todos los materiales Montessori o Waldorf, al tratarse de elementos construidos con materiales nobles, con tintes naturales y demás, son de precios elevados. 

Así que decidí recurrir al DIY que me encanta haciendo además partícipe a Amélie de la realización de su calendario. En esta ocasión no fue una idea original mía si no una copia de un blog genial llamado tierra en las manos (muy recomendable). Seguimos sus pasos con alguna modificación.

Material que hemos utilizado
  • Un recipiente redondo. En el blog de Tierra en las manos recomendaban una bandeja de madera redonda, pero nosotros no tenemos IKEA en León y como el calendario me urgía, lo único que encontramos fue un molde de bizcocho metálico. El material no es muy Waldorf, pero es lo que hemos encontrado.
  • Un rotulador permanente para marcar los puntos que hacen referencia a los meses.
  • Pinzas de madera grandes y pequeñas. Las grandes para los días especiales y las pequeñas para todos los días.
  • Un recipiente pequeño para colocar las pinzas restantes.
  • Pinturas para colorear las pinzas. Nosotros utilizamos témperas pero también se pueden usar rotuladores.
  • Papel, pinturas de palo, rotuladores y celo gordo para hacer los dibujos que hacen referencia a los meses. Hicimos los dibujos con lápiz, los perfilamos con rotuladores y los coloreamos con pinturas de palo. Luego los plastificamos con celo gordo (a falta de plastificadora...que dicen que hay una buenísima en Lidl).
  • Unas velas para marcar los cumpleaños. Nosotros marcamos los de las dos niñas.
  • Un círculo de cumpleaños. Existen varias opciones. A nosotros nos gustó el de Grimms porque representa los colores de las estaciones de forma gradual.
  • Soportes de madera de Grimms también (más que nada para que encajasen en el círculo de cumpleaños) para que sostuvieran los dibujos. Como nos faltaban dos para completar los meses utilizamos plastilina para sujetar las velas de cumpleaños y para marcar el mes en el que estamos en este momento.
Lo que hicimos después de reunir todos los materiales fue pintar las pinzas de siete colores diferentes (uno por cada día de la semana) con témpera. Esta fue la parte en la que colaboró Amélie (y Juliette observó desde la trona muy interesada). Las pinzas grandes las pintamos de verde y rojo y les pegamos una estrella con la pistola de silicona.

A continuación a mí me tocó hacer los dibujos correspondientes a los meses del año plastificarlos. Quizás lo más complicado fue encontrar un dibujo significativo de cada mes que no fuera señalar algo en concreto que ocurría en ese mes (como dibujar un Papá Noël por ejemplo) puesto que de eso ya se encargan las pinzas grandes.

Y después tocó dar la explicación a Amélie. Es algo que se va automatizando con el paso del tiempo, no lo entienden de forma inmediata, pero poco a poco se automatiza y logran comprender el paso del tiempo.

Los puntos de la bandeja representan los treinta y un días del mes.
El círculo de colores representa los meses y las estaciones.

sábado, 20 de agosto de 2016

DIY: transformación de unas viejas sandalias

Este verano están muy de moda las sandalias con pompones y yo no me quería quedar sin unas. Lo único que se necesita es: unas sandalias viejas, pintura de tela, pompones y una pistola de silicona.

En primer lugar quité los pompones de las sandalias viejas. Después pinté las sandalias con pintura de tela. Y finalmente pegué los pompones con silicona.

¡Ya tengo nuevas sandalias!

sábado, 7 de mayo de 2016

Súper mamás

Jueves, 4 de la tarde, toca natación, llegamos tarde (¿cuándo no?). Siempre que estamos a la puerta de casa surge cualquier contratiempo que nos retrasa aún más. De camino al polideportivo rememoro la lista de la compra mientras canturreo una canción infantil que mece a mi pequeña y se duerme.

Tras vivir un momento mágico en la piscina llega la realidad del vestuario, ¡y yo solo llevo una niña! Qué locura: secar, vestir, cambiar, recoger, perder, encontrar…

Salimos sanas y ¡secas! Del recinto pero…¡No! ¡Llueve! Saco la burbuja y canto a pleno pulmón porque Amélie odia ese plástico que la separa del mundo exterior.

Corro los últimos metros hasta llegar a casa, nos disponemos a merendar cuando me doy cuenta de que no tenemos comida para mañana. Decido hacer lentejas, para así poder congelar. ¡Menuda idea! Parece que a Amélie le interesan más las lentejas que su papilla de frutas.

Cuando ya empiezo a tener complejo de pulpo (parece que los brazos se me multiplican para agarrar cucharas, baberos, cuchillos y paños de cocina) llega Manu y respiro.

Y ahora me pregunto: ¿Los superpoderes vienen con la maternidad? ¿Cuándo me picó una araña súper poderosa? ¿Tendré ya los suficientes minipuntos para que me concedan una capa?

Las súper mamás existen, están en cada calle de la ciudad, empujando un carrito o llevando a un niño de la mano mientras con la otra agarran boslas de la compra, libros, un móvil, ¡otro niño!

¡Viva las súper mamás!

martes, 2 de diciembre de 2014

La lactancia a partir de los seis meses y la alimentación complementaria

Llegaron los seis meses, el momento de la introducción de la AC (Alimentación Complementaria) después de seis meses de lactancia materna exclusiva. Y yo solo tenía algo en la mente: "ahora que ya parece que controlo la lactancia, vuelta a empezar..." Los cambios cuestan. Primero vinieron los cereales; que más tarde descubrí que no tienen por qué ser los comerciales, si no también sirve el "clásico" pan. Decidí dárselos con mi leche y, tras  un mes y medio de noches aterradoras enchufada al sacaleches para obtener una miseria, no me quedó más remedio que pasarme a la leche de fórmula para esos momentos. Lo intenté todo: ver fotos de la niña, tener prendas con su olor, diferentes posiciones...nada, no hacíamos buenas migas. Se los di con agua pero no le gustaban y acabé cediendo. Me consolé pensando que el resto de las tomas se las daba de mi leche. 

Luego llegó la fruta: ¡qué manera de escupir! Ahí no entraba ni el 10 % de la papilla. Me hinché a comer papillas sobrantes y descubrí lo que es frotar la ropa hasta dejarte los nudillos. Acabé optando por baberos de plástico con mangas.  Finalmente llegaron las verduras, la carne y el pescado. Eso no le disgustaba, pero le saciaban de tal manera que no volvía a tener hambre y quiso destetarse. Yo me asusté, hasta el primer año la leche (tanto materna como de fórmula) debe ser su alimento prioritario, así que escribí al Doctor Carlos González al consultorio de la revista Ser Padres, que me recomendó empezar con el Baby Led Weaning y nos fue genial. Se acabó el escupir la fruta (le gustaba entera y separadamente, no triturada y junta) y el rechazar la teta. 

Desde entonces hizo varias intentonas de destete en las que yo ofrecía más amenudo el pecho y de noche, que era cuando menos pegas me ponía y así no se reducía mi producción pues es cuando la prolactina (hormona que favorece la subida de la leche) está más alta. ¿Por qué insistí en no destetarla? Porque los beneficios son inmensos, porque seguía siendo antes del año, porque si se ponía mala era lo único que comía y, porque yo quería. 

No ha sido fácil, pero ha compensado. Ahora tiene 17 meses y mama cuando quiere o se acuerda. Ya no me preocupa, ya no ofrezco si no pide, pero me da pena. Hace ya un par de meses que al no reclamar tanto he podido dejar atrás los discos de lactancia y los sujetadores especiales. Eso sí que lo agradezco.

Ahora me siento orgullosa de lo que hemos vivido juntas. De haber sido fuertes y de haberlo conseguido. Estoy feliz de que el destete, cuando se produzca, sea sin lágrimas y cuando lo decidida ella. Feliz por tener una pareja que nos ha apoyado en todo momento. He echado en falta más información pero no para mí, si no para la gente que me rodea y que aún hoy sigue sin comprender mi afán por mantener la lactancia. La sociedad está falta de conocimiento de nuestro origen: no nos olvidemos que somos mamíferos.

jueves, 24 de julio de 2014

DIY: Decorar cestos de mimbre

Hace unos años empecé a ver cómo se ponían de moda los cestos de mimbre decorados que en mi pueblo se llevan utilizando toda la vida  para ir a la playa (eso sí, bastante más rústicos). Así que me acerqué a una tienda de la ciudad a comprar unos que eran una monada porque los había en tamaño "adulto" y "niño". Pero cuál fue mi sorpresa al ver el precio. En ese mismo momento me dirigí a una cestería tradicional y adquirí varios modelos para decorarlos yo misma. En primer lugar llevé el cesto grande al zapatero para que me añadiera una asa grande con mosquetones para poner y quitar cuando yo quisiese y luego me dediqué a personalizarlo.Y aquí está el resultado. Necesité  puntilla color crema, pintura acrílica naranja y blanca, borlones color crema y lazos. Pretendo realizar un modelo igual en pequeñito para mi peque, pero eso será tarea para este invierno. Es importante utilizar una aguja algo gorda para coser la puntilla o tira bordada porque cuesta atravesar la cesta, algo de paciencia y... ¡listo! 

martes, 24 de junio de 2014

DIY: Primer cumpleaños de Amélie. (Parte 1: decoración)

Llegó el gran día. Nuestro bebé se hizo mayor y había que celebrarlo por todo lo alto. Siempre he pecado de cursi y me han gustado las fiestas "a lo americano" con un tema y grandes decoraciones. Pero ni he nacido en América ni soy Paris Hilton (gracias a Dios) por lo que me decidí a hacerlo todo "made in casa". Y esto le añade un plus: el cariño con el que se elabora.

Como todavía es un bebé y deja que su mamá decida, opté por los colores rosa y blanco para toda la decoración. Empecé haciendo una guirnalda de banderines. En folios rosa claro recorté los banderines en forma triangular con unas tijeras de formas (entran tres por cada folio de A4) y en hojas verde claro dibujé las letras que luego recorté y pegué en los banderines. Le di un toque llamativo al poner el número uno en gomaeva de purpurina rosa fucsia, así como el puntito de la "i" y el hueco de la "a" (en forma de corazones). Hice los mismos banderines de colorines para la entrada de la casa. 



Después me dediqué a fabricar banderillas con palillos y washi tape (celo de colorines). Es lo más sencillo del mundo. Se pone washi tape doble rodeando el palillo y se corta un triángulo para dar forma de bandera. Los puse en los muffins salados.



Luego llegó lo más laborioso: las bolas de papel. Se realizan de la siguiente manera: Se cogen siete (o más) hojas de papel de seda del color elegido (yo elegí el rosa y el blanco) se pueden dejar enteros o cortarlos por la mitad, dependiendo del tamaño deseado. Se hace un abanico con todos juntos y se hace la forma recortando los extremos. Una vez hecho esto, se ata por la mitad con un lazo, cordón o alambre y se saca una a una las hojas dando la forma de pétalos de flor. De esta manera se realiza la mitad, si se ponen más hojas se puede conseguir más volumen y llegar a realizar una flor entera, pero yo preferí hacer dos mitades y pegarlas con silicona. Las colgué del techo con tanza y una chincheta. Mereció la pena el esfuerzo, fue lo que más gustó a Amélie de la decoración y ahora están en su habitación. 



Para acabar con la decoración, Manu hizo unos recordatorios del cumpleaños y lo pusimos en una cestita junto con los chupetes de Amélie. También hinchamos globos e hicimos una guirnalda con ellos. Para la mesa elegí un mantel rosa palo de la Baby shower de Amélie y unos platos y vasos color rosa fucsia que destacaran sobre el mantel junto con unas servilletas blancas dando el toque bebé final. Puse rosas rojas de la huerta del bisabuelo y hortensias artificiales al lado de la cesta de los recordatorios. 



Solo con ver la sonrisa de Amélie al verlo todo montado por la mañana mereció la pena el esfuerzo.

jueves, 8 de mayo de 2014

Empieza la cuenta atrás... preparación del cumple de Amélie.

Hace un año por estas fechas tenía un súper-macro-bombo que no paraba de moverse haciéndome notar lo que en un futuro sería nuestra pequeña Amélie: una preciosa bebé-terremoto . Ahora nos queda algo más de un mes para que se cumpla el año y estoy loquita con los preparativos. La vida me ha dado un giro de 360º, ahora la disfruto al 200% y ¡hasta hago cupcakes! Nunca cosí, ni tejí, ni hice manualidades, ni repostería... ahora todo tiene sentido: es para ella. 

Quiero que para su cumple todo sea "made in casa" y, como Amélie y su papi me vieron las intenciones me regalaron el libro de "El rincón de Bea" para el día de la madre con muchísimas recetas súper sabrosas y con una pinta...¡excelente!


Así que me puse a leer y decidí empezar por unos cupcakes de vainilla adornados con una buttercream ya que parecían sencillitos.No quería encontrarme el día del cumpleaños de Amélie con una tarta pocha, unos cupcakes quemados y una cocina incendiada. Pedí ayuda a mi vecina (que es como mi hermanita pequeña, pero con unos conocimientos culinarios muy superiores a los míos) y nos pusimos manos a la obra. Yo estaba toda nerviosa, la verdad, pero el resultado, según nuestro catador profesional (Manu) es extraordinario.


Así que he quedado satisfecha. Ya os iré revelando los demás secretos de esta fiesta de cumple que me tiene tan atareada.

martes, 22 de abril de 2014

DIY: Muñeca de trapo

Hace veinte años mi abuela fue pionera del Patchwork en nuestro pequeño pueblo bretón. De aquellos años quedan en casa algunos muñecos hechos de trapo. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que a Amélie le gustaban muchos más esos muñecos que otros fabricados industrialmente.

Por eso me decidí a hacer a Lili, su primera muñeca de trapo. Busqué por internet unos patrones sencillos que pasé a cartón y compré unas telas de algodón (una de color carne para cara y brazos y otra rosa para cuerpo). Las telas es mejor comprarlas en una tienda de retales ya que salen más baratas y no se necesita demasiada tela. 



Una vez hecho esto, calqué los patrones, corté la tela, encaré las partes, las hilvané y las cosí (teniendo en cuenta que hay que dejar un agujero para poderlas rellenar). 


Una vez cosidas pinté la cara y le cosí el pelo en forma de dos trenzas (el pelo es una lana especial para pelo de muñecas).Al acabar con esto, la rellené de guata y cosí los agujeros. 



Con tela de patchwork hice una falta y un gorro. La falda es un rectángulo rematado y un frunce, se cose al cuerpo con unas puntadas, se le pone un lazo y se cierra. El gorro es un círculo rematado y en el interior se frunce para hacer el ala. Una vez hecho se cose a la cabeza y se le une un lazo.


Et voilà! Este es el resultado, espero que a Amélie le guste.


Gaëlle.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Lactancia (2) Lo bonito y lo menos bonito

En el anterior post (http://sospapisnovatos.blogspot.com.es/2014/02/lactancia-1-mi-experiencia.html) mencioné el sufrimiento, por que lo hubo y lo hay (¡Nos ha salido el primer diente!), pero también mucha alegría. 

Al cabo de un mes tuve mi primera mastitis. Tenía revisión ginecológica y  le comenté a la doctora lo que me sucedía, a lo que me respondió que me diera agua caliente (algo que lógicamente no me sirvió de nada vista la envergadura del problema). Horas más tarde, ya con fiebre, acudí a urgencias donde me recetaron antibióticos y me dijeron lo siguiente: "Sácate la leche de la mama infectada y tírala" ¡Dios mío qué barbaridad!. Lo peor fue que le hice caso. De aquellas no tenía la información que ahora dispongo gracias a leer, consultar, preguntar...

Cuánto me he arrepentido de obedecer a aquel consejo. Desde entonces estoy "descompensada". No he recuperado el 100% de la producción de leche de ese pecho y todo por no usar el mejor sacaleches que existe: mi hija. Porque no, no se pasa la infección al bebé, al contario, él ayuda a que se cure.

Después de esa primera experiencia vino otra mastitis y el descubrimiento de un fenómeno llamado "perlas" que lo complicaron algo...

Pero nada que no se solucione con paciencia e insistencia. Lo más importante es escuchar la vocecita de madre recién estrenada que nos dices que eso es lo mejor, que nuestro angelito bien se merece ese esfuerzo.
Y la escuché, a pesar de los llantos a cada toma, a pesar de los controles de peso, a pesar de los consejos no deseados y de las miradas desaprobatorias...

Y hoy, casi nueve meses más tarde, mi nenina sigue pegada a su teta que la calma el hambre, la sed, los llantos, los dolores...

Ahora todo es más fácil, es un regalo. Por eso cuando me preguntan cuándo pretendo destetarla les digo: ¿Ahora? Ahora que no hace daño, que disfrutamos, que nos fundimos en un solo ser... ¿Ahora? No, gracias.

Gaëlle.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Lactancia (1): Mi experiencia

Llevo tiempo pensando que sería positivo compartir mi experiencia con la lactancia y, como intuyo que no va a ser corto, he decidido titularlo: "Lactancia(1)" previendo que habrá más. 

Pues bien, el 14 de junio del 2013, cuando nació Amélie, me acordé de mi matrona e insistí en ponerla al pecho de inmediato. A pesar que no tuve "contacto piel con piel" debido a complicaciones en el parto, parecía que mi niña venía hambrienta y se enganchó rápidamente. 

Yo me moría de la ilusión ¡iba a alimentar a mi hija! no cabía en mí de gozo. Embriagada por la sensación, la dejé media hora en cada pecho y en la siguiente toma me di cuenta de por qué la matrona me había insistido en no dejarla tanto tiempo...¡qué dolor! Ahí empezó mi experiencia con las cremas de lanolina y las pezoneras de silicona. Lo primero lo recomiendo, lo segundo no tanto. 

Son un arma de doble filo. Por un lado evitan el dolor producido por una maceración del pezón expuesto a un nivel de humedad y calor no experimentado anteriormente, pero hay bebés a los que no los gusta nada y otros que se acostumbran demasiado. Lo segundo fue el caso de mi hija y luego no me podía mover sin pezoneras. 

Más tarde vinieron las dudas: ¿Tendré suficiente leche? ¿Comerá lo suficiente? ¿Cuánto come? ¿Mi leche es "buena"? ¿Lo haré bien? Y aquí es donde las primerizas nos desmontamos y necesitamos un hombro fuerte en el que apoyarnos, una buena bibliografía y una gran convicción para seguir adelante. Porque lo que antes era lo natural, se ha puesto en duda muchos años y ahora, poco a poco, y con mucho empeño de quienes realmente saben (las madres que amamantan) todo está volviendo a su cauce.

Yo tuve y tengo el privilegio de contar con el mayor de los apoyos: Manu; que desde el principio apoyó mi decisión por encima de todo. Tampoco fue fácil para él pues me vio sufrir en alguna ocasión y le costó. Pero por encima de todo fue comprensivo, comprensión necesaria en momentos de duda y de consejos no demandados. Nunca le estaré lo bastante agradecida.

¿Y vosotras? ¿Dais o habéis dado de mamar? ¿Cuál es vuestra experiencia?

Gaëlle.

domingo, 9 de febrero de 2014

DIY: Chichoneras decoradas

Antes se decía "hecho en casa" o "hecho a mano", ahora se ha inventado un término nuevo para lo de toda la vida: DIY, Do It Yourself. Bien, pues de una manera o de otra, se ha vuelto a lo casero, a apreciar lo elaborado artesanalmente, a dar importancia a lo que lleva trabajo y no está hecho en serie, a lo que no es "Made in China".

Y yo me he querido subir al carro empezando por algo bien sencillo que os recomiendo: pintar unas chichoneras. Se necesita: pintura de tela y unas chichoneras lisas (yo las compré en Zara Home por algo menos de ocho euros). A partir de ahí es cuestión de echar a volar la imaginación y personalizar algo que vele por los sueños de nuestro  pequeño angelito.

Hay que tener cuidado de meter un trozo de cartón o de tela entre las dos caras de las chichoneras para que la pintura no traspase al otro lado. Una vez dibujadas, se deja secar veinticuatro horas y se planchan por el revés para que la pintura se fije. 

A nuestra princesita le encantan las mariposas (o "papillons" en francés, nuestra lengua) que vigilan sus dulces sueños.

Gaëlle.
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