martes, 2 de diciembre de 2014

La lactancia a partir de los seis meses y la alimentación complementaria

Llegaron los seis meses, el momento de la introducción de la AC (Alimentación Complementaria) después de seis meses de lactancia materna exclusiva. Y yo solo tenía algo en la mente: "ahora que ya parece que controlo la lactancia, vuelta a empezar..." Los cambios cuestan. Primero vinieron los cereales; que más tarde descubrí que no tienen por qué ser los comerciales, si no también sirve el "clásico" pan. Decidí dárselos con mi leche y, tras  un mes y medio de noches aterradoras enchufada al sacaleches para obtener una miseria, no me quedó más remedio que pasarme a la leche de fórmula para esos momentos. Lo intenté todo: ver fotos de la niña, tener prendas con su olor, diferentes posiciones...nada, no hacíamos buenas migas. Se los di con agua pero no le gustaban y acabé cediendo. Me consolé pensando que el resto de las tomas se las daba de mi leche. 

Luego llegó la fruta: ¡qué manera de escupir! Ahí no entraba ni el 10 % de la papilla. Me hinché a comer papillas sobrantes y descubrí lo que es frotar la ropa hasta dejarte los nudillos. Acabé optando por baberos de plástico con mangas.  Finalmente llegaron las verduras, la carne y el pescado. Eso no le disgustaba, pero le saciaban de tal manera que no volvía a tener hambre y quiso destetarse. Yo me asusté, hasta el primer año la leche (tanto materna como de fórmula) debe ser su alimento prioritario, así que escribí al Doctor Carlos González al consultorio de la revista Ser Padres, que me recomendó empezar con el Baby Led Weaning y nos fue genial. Se acabó el escupir la fruta (le gustaba entera y separadamente, no triturada y junta) y el rechazar la teta. 

Desde entonces hizo varias intentonas de destete en las que yo ofrecía más amenudo el pecho y de noche, que era cuando menos pegas me ponía y así no se reducía mi producción pues es cuando la prolactina (hormona que favorece la subida de la leche) está más alta. ¿Por qué insistí en no destetarla? Porque los beneficios son inmensos, porque seguía siendo antes del año, porque si se ponía mala era lo único que comía y, porque yo quería. 

No ha sido fácil, pero ha compensado. Ahora tiene 17 meses y mama cuando quiere o se acuerda. Ya no me preocupa, ya no ofrezco si no pide, pero me da pena. Hace ya un par de meses que al no reclamar tanto he podido dejar atrás los discos de lactancia y los sujetadores especiales. Eso sí que lo agradezco.

Ahora me siento orgullosa de lo que hemos vivido juntas. De haber sido fuertes y de haberlo conseguido. Estoy feliz de que el destete, cuando se produzca, sea sin lágrimas y cuando lo decidida ella. Feliz por tener una pareja que nos ha apoyado en todo momento. He echado en falta más información pero no para mí, si no para la gente que me rodea y que aún hoy sigue sin comprender mi afán por mantener la lactancia. La sociedad está falta de conocimiento de nuestro origen: no nos olvidemos que somos mamíferos.

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