Los niños pequeños suelen presentar dificultades para entender el paso del tiempo. Se pasan el día preguntando cuándo llega la noche, cuándo toca comer, ir al parque o al colegio. A Amélie le pasaba esto y me preguntaba varias veces a lo largo del día. En una noche de insomnio me vino a la cabeza una idea. Un abanico del paso del tiempo que cada uno pueda personalizar con las fases que quiera.
Yo lo he dividido en: mañana tarde y noche. En él he dibujado las cinco comidas del día y las actividades que realiza. Por la mañana he dibujado su tazón de cereales de Mickey con el sol que se levanta. A continuación un dibujo del colegio, la merienda del cole y lo que hacen después del patio (juegan en la casita de la clase). En el centro está la comida y el sol de mediodía. Después he puesto un dibujo referente a la siesta que es algo que en nuestra casa hay que recordar, porque el sueño es el gran ausente :). Tras el descanso viene la merienda y el parque. Por la noche viene la parte de la ducha, cena, cuento y dormir (con la compañía de la luna). Todo ello va con un fondo del color del cielo según va pasando el día.
Como el abanico lo hice en septiembre que no hay clase por la tarde, no caí en la cuenta, pero le voy a añadir unos niños jugando después de la siesta ahora en octubre y también quería dibujar los cepillos de dientes tras las comidas para que lo automatice.
Lo bueno del abanico es que según va pasando el día se puede cerrar. Y se puede hacer un abanico por niño escribiendo su nombre en el lomo. Yo compré el abanico blanco y lo fui pintando con pintura de palo. Se puede hacer con pintura de tela también, pero es más caro porque hay que tener muchos colores.
Espero que os guste la idea y os sea de utilidad.