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lunes, 28 de marzo de 2016

5 normas para visitar a un recién nacido


Muchas de mis amigas sin hijos (es decir, casi todas) me preguntan por cuándo y cómo visitar a un recién nacido. Antes de dar a luz no entendía por qué insistían tanto en la regulación de visitas; por ello ahora, desde la experiencia, recomiendo estas cinco normas. 
  1. En primer lugar, solo ir al hospital si lo piden los padres. Hay que preguntarles si sinceramente consideran oportuna tu visita. Yo recomiendo no acudir al hospital. Son unos días muy íntimos y delicados. El bebé acaba de llegar y se tiene que acostumbrar a un montón de elementos nuevos y a su familia; es aconsejable que salvo los padres y los abuelos, nadie esté con el recién nacido durante esos primeros momentos. Además, la madre acaba de pasar por un momento delicado y, normalmente, no se encuentra en condiciones de hacer más que atender a su bebé. Aunque también es cierto que cada madre es un mundo y en ocasiones son ellas mismas las que reclaman la presencia de sus amistades porque necesitan ayuda, compañía, apoyo, escucha. Si esto ocurre, hay que tener en cuenta los siguentes aspectos.
  2. Coger al bebé solo si lo ofrece la madre. E insisto: ofrecer, es decir, que sea ella la que invite a tomarlo en brazos, no el visitante el que pregunte.
  3. Procurar no llevar perfume ni pintalabios. Los bebés no están acostumbrados a los olores fuertes y menos a los artificales. Sus sentidos están empezando a acostumbrarse a la vida exterior y los olores que debe percibir son los de la piel de la gente que le quiere. Así mismo, si se pretende besar al bebé (algo que no se debería hacer y mucho menos en la cara) no se debe llevar pintalabios pues su piel es muy delicada y este producto contiene muchas sustancias químicas nocivas para su delicada piel. 
  4. Tiempo máximo por visita: veinte minutos. El tiempo de los primeros días es algo loco y los niños(y sus padres) tienen los horarios de sueño trastocados. Es importante no suponer otro condicionante más para ese alteramiento. La función del padre en estos momentos, como en todos, es muy importante. Él será el regulador de las visitas, el que avise a los realmente importantes (imprescindible hacer una lista antes del gran momento) y el que medirá el tiempo de las mismas. Es fundamental que no coincidan varias  y que estas se puedan alterar en funcion del estado de ánimo y cansancio de la madre y el bebé. Siempre se agradece recibir cariño, pero muchas veces no somos conscientes de proteger nuestro nido los primeros días hasta que está invadido. 
  5. Y por último, hay que preocuparse por la madre. Preguntarle por su estado, escucharla y no hacer en ningún momento referencia a su estado físico.  
Esto es todo, lo más importante es  respetar un momento tan especial de una familia que vive la magia de un nacimiento, compartiendo su alegría sin suponerles un problema. 

viernes, 18 de marzo de 2016

DIY: Transformación de cuna de IKEA en cuna de colecho

Como comenté en el post anterior, hemos transformado una cuna de IKEA en una cuna de colecho. Al llegar del hospital me arrepentí de no haber comprado una cuna de colecho. Necesitaba saber si respiraba, quería ver su carita cerca de la mía al dormir. Todo lo que una madre necesita es estar cerca de su hija tras haber dado a luz. ¿Nueve meses con ella dentro y lo primero que hacemos es separarnos para pasar uan gran parte del día? Como al principio me daba miedo aplastarla no dormía nada más que las siestas con ella... ese momento mágico del día en el que sus despertares eran auténticas fiestas. Con el tiempo le fui perdiendo el miedo y el primer catarro nos hizo tomar la decisión: no hay mejor manera de que descansemos que durmiendo todos juntos. Pero la cama se nos quedó un poco pequeña con una pequeña inquieta entre nosotros y nos decidimos en transformar su cuna.

Ahí va la explicación. Amélie tiene una cuna de IKEA normal. Le desatornillamos uno de los laterales. ¡Ojo! sólo la parte de arriba pues la de abajo la dejamos atornillada para que no se abriera la cuna, ya que si le quitas uno de sus soportes, se abre. Para compensar el anclaje superior, compramos unas escuadras en una ferretería y se las atornillamos al somier de la cuna. El lateral descartado lo dejamos debajo de la cuna (puesto que una parte seguía estando atornillada para servir de anclaje).
 
Finalmente atamos las patas de la cuna a las patas de la cama con una cuerda normal, también se puede hacer con bridas. Juntamos los colchones y ¡listo!
Creo que ha quedado claro que las "chapucillas" no son lo nuestro, somos muy poco manitas la verdad, pero damos una solución práctica a los problemas que nos van surgiendo. ¡Y a dormir en amor!
¡Esperamos que os sirva de ayuda!

martes, 2 de diciembre de 2014

La lactancia a partir de los seis meses y la alimentación complementaria

Llegaron los seis meses, el momento de la introducción de la AC (Alimentación Complementaria) después de seis meses de lactancia materna exclusiva. Y yo solo tenía algo en la mente: "ahora que ya parece que controlo la lactancia, vuelta a empezar..." Los cambios cuestan. Primero vinieron los cereales; que más tarde descubrí que no tienen por qué ser los comerciales, si no también sirve el "clásico" pan. Decidí dárselos con mi leche y, tras  un mes y medio de noches aterradoras enchufada al sacaleches para obtener una miseria, no me quedó más remedio que pasarme a la leche de fórmula para esos momentos. Lo intenté todo: ver fotos de la niña, tener prendas con su olor, diferentes posiciones...nada, no hacíamos buenas migas. Se los di con agua pero no le gustaban y acabé cediendo. Me consolé pensando que el resto de las tomas se las daba de mi leche. 

Luego llegó la fruta: ¡qué manera de escupir! Ahí no entraba ni el 10 % de la papilla. Me hinché a comer papillas sobrantes y descubrí lo que es frotar la ropa hasta dejarte los nudillos. Acabé optando por baberos de plástico con mangas.  Finalmente llegaron las verduras, la carne y el pescado. Eso no le disgustaba, pero le saciaban de tal manera que no volvía a tener hambre y quiso destetarse. Yo me asusté, hasta el primer año la leche (tanto materna como de fórmula) debe ser su alimento prioritario, así que escribí al Doctor Carlos González al consultorio de la revista Ser Padres, que me recomendó empezar con el Baby Led Weaning y nos fue genial. Se acabó el escupir la fruta (le gustaba entera y separadamente, no triturada y junta) y el rechazar la teta. 

Desde entonces hizo varias intentonas de destete en las que yo ofrecía más amenudo el pecho y de noche, que era cuando menos pegas me ponía y así no se reducía mi producción pues es cuando la prolactina (hormona que favorece la subida de la leche) está más alta. ¿Por qué insistí en no destetarla? Porque los beneficios son inmensos, porque seguía siendo antes del año, porque si se ponía mala era lo único que comía y, porque yo quería. 

No ha sido fácil, pero ha compensado. Ahora tiene 17 meses y mama cuando quiere o se acuerda. Ya no me preocupa, ya no ofrezco si no pide, pero me da pena. Hace ya un par de meses que al no reclamar tanto he podido dejar atrás los discos de lactancia y los sujetadores especiales. Eso sí que lo agradezco.

Ahora me siento orgullosa de lo que hemos vivido juntas. De haber sido fuertes y de haberlo conseguido. Estoy feliz de que el destete, cuando se produzca, sea sin lágrimas y cuando lo decidida ella. Feliz por tener una pareja que nos ha apoyado en todo momento. He echado en falta más información pero no para mí, si no para la gente que me rodea y que aún hoy sigue sin comprender mi afán por mantener la lactancia. La sociedad está falta de conocimiento de nuestro origen: no nos olvidemos que somos mamíferos.

domingo, 21 de septiembre de 2014

¿Conciliación laboral?

No fui consciente de lo que significaba la conciliación laboral hasta que me reincorporé al trabajo. Y entonces me di cuenta de que quien hubiera inventado ese nombre no sabía  lo que significaba conciliar: armonizar dos o más ocupaciones. Pues esta conciliación no tiene nada de armonía. Si la liberación de la mujer fue el poder trabajar (además de otras tantas cosas) me río yo de la humanidad que tienen los que dirigen esa regulación. 

Porque la mujer, por mucho que insistan, no es igual que el hombre; y no lo quieran ver como algo negativo, porque no lo es. Las diferencias entre los hombres y las mujeres son muchas, pero se incrementan al convertirse en madres las féminas. Porque hay cosas que solo podemos hacer nosotras; como el amamantar (no conozco ningún hombre que lo haga) y es curioso que lo recomendable (por la Organización Mundial de la Salud) sea la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y la baja por maternidad sea de apenas cuatro. Por no hablar de nuestra recuperación y de la parte sentimental, que es diferente en cada una, pero en la que hay un sentimiento común: el desasosiego ante la separación.

Otra de las contradicciones de nuestra sociedad con respecto a la crianza (y esto atañe tanto a hombres como a mujeres) es que si queremos tener hijos es para criarlos, verlos crecer, disfrutar de ellos y que, gracias a ese contacto, los niños evoluciones y maduren con cariño y con presencia paterna y materna. Pero gracias a la inexistencia de ayudas sociales, los padres de hoy en día no pueden permitirse estar con sus hijos, que son criados por otros (abuelos o personas a las que, además, hay que pagar).

Pero, ¿por qué nuestro país no se fija en nuestros vecinos del Norte de Europa?, esos que siempre están a la cabeza de los baremos educativos y cuyo sistema educatito y social realmente vela por la conciliación ayudando a las familias con permisos, ayuda...TIEMPO.

Porque si algo he aprendido en estos meses es que el tiempo es oro, y no hay peor pobreza que esta en la que las horas del día pasan tan deprisa que tu hij@ crece sin poderlo observar. Por no hablar del tiempo que nos queda a nosotras... pero eso ya da para otro post.

lunes, 15 de septiembre de 2014

APILAM Una verdadera ayuda a la lactancia

La lactancia es preciosa, reconfortante y mágica, pero también cansada y complicada. Aún más cuando hay medicamentos de por medio. Entonces surgen las dudas,¿podré tomarlo? y entra en juego nuestra balanza ¿lo dejo o lo tomo?

Por eso surge APILAM, para proporcionar tranquilidad a las madres. Por que no siempre tenemos que plantearnos esa pregunta ya que muchos medicamentos son compatibles con la lactancia y muchos médicos no lo saben.

Pero no es solo eso, es mucho más: "APILAM es una asociación altruista de carácter sanitario, científico y cultural que tiene como objetivo genérico la promoción de la salud, tanto a nivel personal como comunitario, fomentando estilos de vida sanos y prestando especial atención a la Salud materno-infantil, con especial atención a la lactancia materna". Además tienen un blog e imparten cursos de formación.

Se puede consultar su página www.apilam.org o escribir un email a elactancia.org@gmail.com al que contestan casi de forma inmediata, de forma muy profesional y tranquilizadora. En definitiva, un lujo para nosotras, las madres que lo damos todo por nuestros hijos, pero nuestra salud no es necesario.

domingo, 6 de julio de 2014

Libros para novatos: "Tú eres la mejor madre del mundo"

Este es el libro por excelencia, la Biblia de toda madre, el libro de cabecera, este es, es él. Mi ángel de Denia me lo mandó y fue el mejor regalo que me pudieron hacer. Me regaló sabiduría de este maravilloso pediatra que lo primero que hace es confiar en nosotras,  las madres.

Es el libro más completo que he leído sobre crianza. Toca absolutamente todos los temas desde el rigor científico propios de un pediatra y con el lenguaje entendible de una madre. Lo tiene todo, no le encuentro defectos, es perfecto. No se inclina por ninguna corriente, hace una llamada al sentido común y aboga por lo mejor para cada bebé en cada circunstancia. Habla del nacimiento respetado del niño y de los tres primeros años de crianza: el sueño, la lactancia, la alimentación, la educación, las enfermedades, el crecimiento, los celos, la conciliación familiar y laboral... en definitiva, la vida. Da respuestas a todo desde el punto de vista de su gran experiencia.

Jose María Paricio es un pediatra formado en el Hospital La Fe de Valencia, Doctor en Medicina y Diplomado en Estadística en Ciencias de la Salud. Ha colaborado con el Ministerio de Sanidad en el Observatorio de Salud de la mujer y en la Guía de práctica clínica sobre la atención al Parto Normal. Es miembro del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría y fue Jefe de servicio durante 20 años del hospital Marina Alta de Alicante, donde junto a su equipo logró l aacreditación IHAN de OMS/UNICEF en 1999. En el año 2000 creó  la página de compatibilidad de medicamentos y otros productos con la lactancia www.e-lactancia.org y en 2003 de la página sobre arte y cultura de la lactancia: www.telasmos.org

¡Os lo recomiendo!

viernes, 30 de mayo de 2014

Crianza con apego - Animales versus humanos

La crianza con apego a mí me parece sensibilidad, compasión, empatía, cariño y, sobre todo: sentido común. Aparentemente todo esto son cualidades propias de los seres humanos y, en cambio, en muchas ocasiones, los animales nos superan en este aspecto dando constancia que lo que les pide el cuerpo, lo que la sabia naturaleza les otorga en su instinto, tiene mucho más sentido que lo que hacemos los seres humanos "racionales". Que yo sepa, el privilegio de disponer de razón para discurrir y hablar no nos arranca de cuajo un corazón que, en ocasiones, parece inexistente. 

Nunca veremos a una hembra orangután (pongo este ejemplo ya que los grandes simios son los más parecidos genéticamente a nosotros) rechazar coger a su cría en brazos ni dejarla llorar, porque directamente no la suelta. En cambio, nuestra "inteligencia superior" en ocasiones nos dice que hacer tal acto instintivo y maternal es malcriar a los nuestros.

Malcriar es "criar mal": es decir, no responder a las necesidades de nuestra cría, no darle de mamar cuando lo solicita, no darle protección y cariño cuando lo demanda. El hambre y la petición de afecto son necesidades biológicas, no caprichos, y, al parecer, no son solo propias de los seres humanos.

Nunca veremos a un animal desatender a su cría, porque supondría un final fatal. ¿Por qué lo hacemos nosotros? ¿El disponer de razón nos hace perder lo más importante? ¿Dónde quedó nuestro instinto en la evolución?

Nuestro bebé no llora por ponernos a prueba, por retarnos o por capricho, llora por necesidad; y nosotros, lo mínimo que podemos hacer es responder con cariño a la llamada de ese ser endeble. El amor no es capricho, el sentimiento y el instinto no pueden ser desatendidos. Parece increíble que en el siglo XXI tengamos que recordar a la sociedad que seguimos siendo mamíferos a los que la evolución no debería quitar los sentimientos.


jueves, 1 de mayo de 2014

Baby-led weaning

Cuando parecía que lo tenía todo dominado con el pecho, llegó el momento de la AC (Alimentación Complementaria) y con ello una nueva locura: la lucha porque de verdad fuera complementaria. Hasta el año de edad la principal alimentación del bebé debe ser la leche (materna o no) y en mi caso se volvió a complicar. 

A Amélie le encanta comer, sobre todo lo que nos ve a nosotros en la mesa y empezó a rechazar el pecho para comer sus purés. Para mí era un nuevo suplicio intentar que antes de las comidas tomara el pecho. En vez de "ofrecer" parecía "obligar" y solo lo aceptaba de buena gana para dormir. Desesperada por la situación, escribí al maravilloso pediatra Carlos González (a través del consultorio de la revista "Ser Padres") que me recomendó que me iniciare en el Baby-led weaning (una alimentación complementaria a demanda). Es decir, le presentamos la comida sin triturar a su alcance, cortada de tal manera que se eviten atragantamientos y que se permita que ella misma la coja en su mano. De esta forma nuestra pequeña come lo que le gusta, diferenciando sabores, sin saciarse en exceso y pudiendo mantener la lactancia. 

Y funcionó. Al principio teníamos miedo a que se atragantara y observábamos su boca como quien espera al tren. Pero pronto aprendimos a confiar. Ella escupe aquello que es demasiado grande y "mastica" con sus encías y sus dos dientecillos los alimentos de manera sorprendente. 

De esta manera distingue los sabores, diferencia sus texturas, saborea, comparte con nosotros la comida en familia, desarrolla la masticación, practica su motricidad fina y mejora su coordinación ojo-mano-boca. ¡Son todo ventajas!

Eso sí, hay que tener cuidado con lo que se le da, ofrecerle agua, sentar al bebé erguido, comenzar con comidas fáciles de agarrar, preparar un babero de plástico con mangas y, sobre todo, dejarle disfrutar.

Nosotros le solemos dar así la merienda y la cena. Nunca hemos tenido ningún contratiempo. Ella disfruta, come y aprende; y nosotros con ella. 

Tenéis muchos vídeos explicativos en youtube y aquí os dejamos un enlace de interés: http://www.unamaternidaddiferente.com/p/baby-led-weaning.html


Gaëlle.

jueves, 27 de marzo de 2014

Nosotros dormimos en amor

No hay tema más tabú en la maternidad que el colecho. Es un punto de inflexión en cualquier conversación maternal que se precie: "¿Qué tal duerme tu niña? -Muy bien, con nosotros, en amor. -Uy qué malas costumbres, luego no va a saber dormir sola" Ese momento en el que todo el mundo se cree con derecho de juzgar lo que hagas en tu casa, tu habitación ¡tu cama!

Pues bien, nosotros empezamos a dormir con nuestra pequeña cuando se puso mala y tenía que dormir incorporada y ... nos gustó y a ella también. Y, lo más importante: descansamos más y mejor. Se acabaron los paseos a media noche para volverla a dormir, se acabó el levantarse a cada toma. No hay nada más bonito que dormir junto a las personas que más quieres y nosotros somos felices así. Hicimos un apaño y hemos convertido una cuna de IKEA en una cuna de colecho.

El colecho, esa palabra tan fea que define un acto tan bonito, tan natural, está recomendado para mantener la lactancia materna, conseguir un buen descanso, favorecer el apego materno-filial y paterno-filial y lograr que en un futuro nuestros hijos tengan un sueño tranquilo y feliz. 

¿Por qué tenemos que "enseñar" a nuestros bebés que llevan nueve meses en nuestro interior a dormir separados de nosotros cuando los adultos preferimos la compañía de quien nos ama? ¿Acaso nos gustaría más dormir rodeados de barrotes y como única compañía un muñeco de peluche y un intercomunicador? Son incoherencias de una sociedad moderna que se empeña en separar lo que la naturaleza une.

Pero eso sí, cada uno en su casa que haga lo que le funcione. ¡Cada uno manda en su cama!

Gaëlle.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Lactancia (2) Lo bonito y lo menos bonito

En el anterior post (http://sospapisnovatos.blogspot.com.es/2014/02/lactancia-1-mi-experiencia.html) mencioné el sufrimiento, por que lo hubo y lo hay (¡Nos ha salido el primer diente!), pero también mucha alegría. 

Al cabo de un mes tuve mi primera mastitis. Tenía revisión ginecológica y  le comenté a la doctora lo que me sucedía, a lo que me respondió que me diera agua caliente (algo que lógicamente no me sirvió de nada vista la envergadura del problema). Horas más tarde, ya con fiebre, acudí a urgencias donde me recetaron antibióticos y me dijeron lo siguiente: "Sácate la leche de la mama infectada y tírala" ¡Dios mío qué barbaridad!. Lo peor fue que le hice caso. De aquellas no tenía la información que ahora dispongo gracias a leer, consultar, preguntar...

Cuánto me he arrepentido de obedecer a aquel consejo. Desde entonces estoy "descompensada". No he recuperado el 100% de la producción de leche de ese pecho y todo por no usar el mejor sacaleches que existe: mi hija. Porque no, no se pasa la infección al bebé, al contario, él ayuda a que se cure.

Después de esa primera experiencia vino otra mastitis y el descubrimiento de un fenómeno llamado "perlas" que lo complicaron algo...

Pero nada que no se solucione con paciencia e insistencia. Lo más importante es escuchar la vocecita de madre recién estrenada que nos dices que eso es lo mejor, que nuestro angelito bien se merece ese esfuerzo.
Y la escuché, a pesar de los llantos a cada toma, a pesar de los controles de peso, a pesar de los consejos no deseados y de las miradas desaprobatorias...

Y hoy, casi nueve meses más tarde, mi nenina sigue pegada a su teta que la calma el hambre, la sed, los llantos, los dolores...

Ahora todo es más fácil, es un regalo. Por eso cuando me preguntan cuándo pretendo destetarla les digo: ¿Ahora? Ahora que no hace daño, que disfrutamos, que nos fundimos en un solo ser... ¿Ahora? No, gracias.

Gaëlle.

martes, 25 de febrero de 2014

Libros para novatos: "Dormir sin lágrimas"

Los padres novatos solemos ser el blanco de consejos no siempre solicitados, por eso debemos buscar lo que nosotros necesitamos y apoyarnos en una buena bibliografía. Un libro imprescindible en ella, a nuestro parecer, es el de Rosa Jové: "Dormir sin lágrimas. Dejarles llorar no es la solución". 

Es muy útil por muchos motivos: el primero porque desdramatiza y tranquiliza a los padres desesperados por la falta de sueño; porque explica los ciclos de sueño de los pequeños y de los no tan pequeños, de manera que hace que entendamos el porqué de muchas dudas acerca del tiempo que pasamos "en los brazos de Morfeo" y porque da soluciones, no recetas mágicas, pero sí pequeñas estrategias para hacer que todos tengamos un buen descanso.

Cuando llegamos a casa y nuestro bebé no es de los que duerme 20 horas (parece que siempre son los de los de los demás los que sí lo hacen) y nos preguntamos si es lo normal, o si tenemos un niño que ya no es un bebé, pero empieza a tener dificultades para conciliar el sueño, este libro es ideal. Además existe un nuevo formato con un DVD, genial para los que andamos faltos de tiempo e incluye el correo electrónico de la autora al que contesta a las dudas (encantadora, por cierto).

Gaëlle.
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