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domingo, 21 de septiembre de 2014

¿Conciliación laboral?

No fui consciente de lo que significaba la conciliación laboral hasta que me reincorporé al trabajo. Y entonces me di cuenta de que quien hubiera inventado ese nombre no sabía  lo que significaba conciliar: armonizar dos o más ocupaciones. Pues esta conciliación no tiene nada de armonía. Si la liberación de la mujer fue el poder trabajar (además de otras tantas cosas) me río yo de la humanidad que tienen los que dirigen esa regulación. 

Porque la mujer, por mucho que insistan, no es igual que el hombre; y no lo quieran ver como algo negativo, porque no lo es. Las diferencias entre los hombres y las mujeres son muchas, pero se incrementan al convertirse en madres las féminas. Porque hay cosas que solo podemos hacer nosotras; como el amamantar (no conozco ningún hombre que lo haga) y es curioso que lo recomendable (por la Organización Mundial de la Salud) sea la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y la baja por maternidad sea de apenas cuatro. Por no hablar de nuestra recuperación y de la parte sentimental, que es diferente en cada una, pero en la que hay un sentimiento común: el desasosiego ante la separación.

Otra de las contradicciones de nuestra sociedad con respecto a la crianza (y esto atañe tanto a hombres como a mujeres) es que si queremos tener hijos es para criarlos, verlos crecer, disfrutar de ellos y que, gracias a ese contacto, los niños evoluciones y maduren con cariño y con presencia paterna y materna. Pero gracias a la inexistencia de ayudas sociales, los padres de hoy en día no pueden permitirse estar con sus hijos, que son criados por otros (abuelos o personas a las que, además, hay que pagar).

Pero, ¿por qué nuestro país no se fija en nuestros vecinos del Norte de Europa?, esos que siempre están a la cabeza de los baremos educativos y cuyo sistema educatito y social realmente vela por la conciliación ayudando a las familias con permisos, ayuda...TIEMPO.

Porque si algo he aprendido en estos meses es que el tiempo es oro, y no hay peor pobreza que esta en la que las horas del día pasan tan deprisa que tu hij@ crece sin poderlo observar. Por no hablar del tiempo que nos queda a nosotras... pero eso ya da para otro post.

viernes, 30 de mayo de 2014

Crianza con apego - Animales versus humanos

La crianza con apego a mí me parece sensibilidad, compasión, empatía, cariño y, sobre todo: sentido común. Aparentemente todo esto son cualidades propias de los seres humanos y, en cambio, en muchas ocasiones, los animales nos superan en este aspecto dando constancia que lo que les pide el cuerpo, lo que la sabia naturaleza les otorga en su instinto, tiene mucho más sentido que lo que hacemos los seres humanos "racionales". Que yo sepa, el privilegio de disponer de razón para discurrir y hablar no nos arranca de cuajo un corazón que, en ocasiones, parece inexistente. 

Nunca veremos a una hembra orangután (pongo este ejemplo ya que los grandes simios son los más parecidos genéticamente a nosotros) rechazar coger a su cría en brazos ni dejarla llorar, porque directamente no la suelta. En cambio, nuestra "inteligencia superior" en ocasiones nos dice que hacer tal acto instintivo y maternal es malcriar a los nuestros.

Malcriar es "criar mal": es decir, no responder a las necesidades de nuestra cría, no darle de mamar cuando lo solicita, no darle protección y cariño cuando lo demanda. El hambre y la petición de afecto son necesidades biológicas, no caprichos, y, al parecer, no son solo propias de los seres humanos.

Nunca veremos a un animal desatender a su cría, porque supondría un final fatal. ¿Por qué lo hacemos nosotros? ¿El disponer de razón nos hace perder lo más importante? ¿Dónde quedó nuestro instinto en la evolución?

Nuestro bebé no llora por ponernos a prueba, por retarnos o por capricho, llora por necesidad; y nosotros, lo mínimo que podemos hacer es responder con cariño a la llamada de ese ser endeble. El amor no es capricho, el sentimiento y el instinto no pueden ser desatendidos. Parece increíble que en el siglo XXI tengamos que recordar a la sociedad que seguimos siendo mamíferos a los que la evolución no debería quitar los sentimientos.


sábado, 15 de marzo de 2014

Libros para novatos: "Bésame mucho"

Como maestra en mi trabajo repito mucho a los niños que no hagan lo que no les gustaría que les hicieran a ellos. Ahora como  madre, me aplico el cuento a mí. ¿Me gustaría dormir sola en una cama rodeada de barrotes? ¿Me gustaría que me dejaran llorar? ¿Y que me obligaran a comer cuando estoy llena? o, peor aún, ¿Que me pegaran cuando hago algo mal?

Todas estas preguntas que rondaban por mi cabeza encontraron respuesta en un libro de un autor que recomiendo: Carlos González: "Bésame mucho". El título lo dice todo ¿Por qué no dejarnos llevar por nuestro instinto de madre que tiende más al amor y a la protección que al desapego?

Este es un libro que nos da la razón a las madres. Porque lo que nos sale del alma es lo correcto y porque NUNCA son demasiados besos. 

 Gaëlle.
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