Un
truquito de matrona que nos dijo una muy buena amiga del sur fue echar unas
gotitas de aceite de almendras (u otro similar) en el agua del baño del bebé.
De esta manera se hidrata sin que la piel sufra los efectos de los geles. Además,
evita que las células de la piel del bebé pierdan su humedad natural.
Es
ideal para los primeros meses puesto que los bebés todavía no gatean ni se
ensucian. Así, al sacarlo del agua, ya está todo hecho y solo queda secarlo y
darle cremita en la carita (que es lo único que no queda sumergido).
Eso
sí, ¡hay que tener cuidado con los resbalones!
Gaëlle.
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